martes, 29 de abril de 2014

Adiós para nunca

Estoy lista mi amor, lista para dejarte ir
no puedo ser tan egoísta de retenerte a mi lado
el día que me dijiste "no te quieras más"
hundiste sin querer "queriendo" mi acorazado.

Te doy permiso para ser libre
aunque nunca me lo pediste, sos libre mi amor
voy a desaparecer de tu vida
pero seré un fantasma en las noches de dolor.

Sé feliz mi amor, sé muy feliz, me voy lejos
sé feliz sin mí, pero no me olvides
dejarás de ser espectro de mi dolor
serás el recuerdo de mi mejor historia de amor.

Adiós mi amor, y en este adiós se esconden
un hasta siempre, un hasta luego o un hasta nunca
nunca me voy a olvidar de que yo sé sentí mucho
por un alma libre, por un alma trunca. 

Adiós, te dejo ir, te dejo ser.
Es momento de dejar de retenerte a la fuerza
es tiempo de dejar el egoísmo a un lado
aunque este adios hunda mi acorazado.

Y yo andaré errabundeando entre amores,
entre canciones, poemas, y plazas o donde me plazca
y vos estarás en todas partes, pero en ningún lado
viendo como espero que este amor algún dia...
renazca.
Hasta Siempre, hasta nunca
Mi ya no amor

domingo, 27 de abril de 2014

Días de vos

Tengo días y días
Hay días en que no recuerdo ni tu nombre
y hay días en que tu rostro se dibuja en cada hombre.

Tengo suertes y suertes
Pienso que fue suerte que te cruzaras en mi vida
y pienso al conocerte ¡Qué desgracia la mía!

Estoy entre extrañarte y anhelarte
uno extraña lo que puede volver a ser vivido
y uno anhela lo perdido.

Y te olvido, y me olvido de olvidarte
y te extraño, en cada lugar y en todas partes
y te amo, más que a nada y más que a todo
pero entiendo tu momento de estar solo. 

Tengo días y días
Hay día que te odio pero ni yo me lo creo
y hay días que me amo y serás ese recuerdo. 

Hasta siempre, amor de mis días y días.

miércoles, 23 de abril de 2014

No le pidas peras al olmo...


No esperes lo imposible, no te quedes a su merced
no vuelvas al mismo camino que pisaste aquella vez.

No ores por aquel olmo que jamás va a dar peras
no llores por aquel hombre que no es quién esperas.

Ámate mujer, ámate sin esperar a quién te complete alguna vez
¿No te das cuenta que ya sos íntegra de la cabeza a los pies?

Serás el bien y serás el mal, serás mentira, serás verdad
Serás el todo y serás la nada, serás todos, serás soledad.

Ya no llores, mujer, por no conseguir sentido al amor
Te invito, querida amiga, ¿y si el sentido se lo das vos?

No pidas peras al olmo, no esperes en vano
ni pidas peros al alma con el corazón en la mano.

Y si esperas lo imposible, si no te amas ni te valoras
regalate una sonrisa, sos tu mejor compañia. Ya y ahora.

Te cuento un cuento

Dejame contarte un cuento.
Había una vez un joven llamado Elías. Elías tenía muchas incertidumbres, muchas dudas, muchas preguntas y pocas respuestas. Pero había algo que le quitaba el sueño. Elías se preguntaba ¿cómo me voy a dar cuenta de que estoy muerto?. Y se lo preguntaba a quien pasara por su vida. Un día se cruzó con un anciano, que lo vió muy preocupado. Entonces le preguntó: ¿joven, que te sucede?. Elías le respondió: es que nadie me puede decir cómo me voy a dar cuenta cuando esté muerto, y yo quiero saberlo. El anciano le dijo: es muy sencillo, cuando sientas mucho frío, las manos heladas, y ya no te puedas mover, en ese justo momento, vas a estar muerto.
Elías sintió un gran alivio, pues su máxima duda estaba resuelta. Continuó su camino por el largo camino nevado del sur. Cada huella que dejaba en la nieve, era una señal de que estaba vivo.
Cayó la noche. Se acostó al costado del camino y esperó el amanecer.
Cuando el sol le dió en cara, Elías despertó. Sentía mucho frío, frotó sus manos, estaban heladas. "Estoy muerto" pensó. Y yació en medio de la nieve mientras pensaba... "yo quería conocer Europa, pero qué lástima, estoy muerto". Una lágrima cayó. "Yo quería tener hijos, jugar con mis nietos, pero qué lástima, estoy muerto". "Yo quería bailar bajo la lluvia, pero qué lástima, estoy muerto". "Yo quería comer helado hasta que me duela la panza, pero qué lástima, estoy muerto". "Yo quería sentir el calor de una mujer sobre la playa, pero qué lástima, estoy muerto". Y así comenzó a lamentar todo lo que no había podido hacer mientras estaba vivo, mientras sentía la calidez de su cuerpo, mientras no estaba muerto.
Y lloraba acostado sobre la nieve. Y lloraba sabiéndose fuera de este mundo.
La noche lo volvió a sorprender. Escuchó aullidos y ladridos, cada vez más cercanos. Eran los lobos que habían olfateado carne fresca, presa fácil.
Elías pensó "los lobos me van a comer, ojalá pudiera salir corriendo, pero qué lástima, estoy muerto".
Los lobos no tardaron en deborar por completo el cuerpo de Elías. Aquel Elías convencido de que sus manos heladas le demostraban ya no estar con vida, cuando nunca había estado tan vivo, pensando y anhelando todo lo que quería hacer, sentir, experimentar, vivir. Aquel Elías que confío en su destino, cuando el destino no es más que la nuestras propias decisiones momento a momento, paso a paso, respiro a respiro. Aquel Elías que se olvidó de que estar muerto era sólo su deseo, deseo de cambiar su vida, de seguir viviendo.
Pero qué lástima, estaba muerto.

Dejame contarte este cuento, para hacerte saber que no existe el destino, no estamos predeterminados de antemano a ser lo que otros esperan de uno. No estamos destinados a estar solos si no queremos estar solos. No estamos destinados a sufrir si no queremos sufrir. No estamos destinados a morir si no queremos morir. Estamos acá para hacer, decir, sentir lo que querramos. Estamos para vivir. Enamorate de la vida, hasta el punto de disfrutar los momentos tristes. Enamorate de vos, aún cuando pienses "qué lástima, estoy muerto"

Me quedo conmigo

Me quedo con la rosa que sembraste en mi panza
me quedo con la luna que escondiste en mi espalda,
me quedo con las manos que acariciaron mi alma,
me quedo conmigo, no te quedes sin nada.
Me quedo con el dolor de saberte perdido
me quedo con el amor que nunca has podido
me quedo con el vacío de saberte ausente
me quedo conmigo, en este nunca y en este siempre.
Me quedo con la lluvia cayendo de mil modos
me quedo con la sensación de haber dado todo
me quedo con la fuerza que supe ganar
me quedo conmigo, este es mi lugar.
Me quedo con el color que pintaste en mi cara
me quedo con el aroma de tu piel en la almohada
me quedo con la plaza, el mar y el boulevard
me quedo conmigo, ya me supe encontrar.
Me quiero callada, pensante y presente
me quiero entera, feliz y sonriente
me quiero serena, colmada y vacía
me quiero conmigo, para toda la vida.